El equipo de arqueólogos del complejo San José de Moro -en La Libertad- acaba de encontrar nuevas luces sobre las ceremonias de los Moche al analizar las ofrendas de una sacerdotisa enterrada hace 1,200 años.
El hallazgo de una cámara funeraria en la que fueron enterrados los
restos de una mujer poderosa en el norte que gobernó el periodo Moche,
hace 1,200 años, sorprendió al grupo de investigadores del complejo
arqueológico San José de Moro, compuesto por antropólogos y estudiantes
peruanos y extranjeros, quienes revelaron que la tumba había sido
pintada de rojo y amarillo, al tiempo de encontrar diez nichos con
ofrendas de cerámica, y que el ataúd había sido cuidadosamente
recubierto con placas metálicas en formas de olas geométricas.
De acuerdo con el director del proyecto arqueológico, Luis Jaime
Castillo Butters, “se trata de uno de los aportes más significativos que
ha revelado la tumba de la sacerdotisa”. Esto debido a que el contexto
funerario es distinto a los encontrados en años anteriores. Tal como
sucedió con el Señor de Sipán, en Lambayeque, estas magníficas tumbas de
mujeres sirvieron como fuente de información privilegiada para conocer
detalladamente los aspectos más íntimos del mundo ritual de los moches.
Por ejemplo, para impresionar a los súbditos que habitaban en el
período Moche Tardío, en la parte superior del féretro colocaron una
máscara, placas de cobre dorado y peculiares objetos metálicos con la
representación de aves marinas.
Mientras que en la parte superior se encontraron dos penachos que
representan un ave pescadora en picada, que varios siglos después
también se halló en contextos de Lambayeque. De ahí que ese
acontecimiento “se convirtió en uno de los íconos más representativos de
esta cultura”, informó Castillo.
Según las primeras indagaciones, la tumba fue debidamente diseñada con
una entrada y en ella se montó una exposición donde cada pieza fue
colocada ordenadamente, cumpliendo una función. Para el investigador, se
trataría de un recinto que habría sido utilizado para las ceremonias
como la colocación de ofrendas por parte de los súbditos.
El descubrimiento confirma que San José de Moro es un cementerio de
élite de Mochica Tardío y que las tumbas más ricas pertenecen a mujeres.
Razones que el director del Proyecto Arqueológico, ya viene trabajando
en la construcción de un museo en el sitio donde se realizaron los
hallazgos para exhibir al Perú y al mundo las piezas encontradas.
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